Yo Mismo

sábado, 13 de junio de 2015

El hombre de los Bidones

Hace más de 30 años, durante una época de crisis, un amigo tenía una empresa de suministrar a los barcos, especialmente aceites y lubricantes.
Había que transportar los bidones en un camión, como no tenia a ningún empleado con el permiso de conducir necesario… me dijo si estaba dispuesto a echarle una mano y así nos ayudábamos mutuamente.Los barcos no tienen hora exacta para llegar a un puerto y suministrar, lo mismo llegaba a las 6 de la madrugada que a las 9 de la noche. Teníamos que estar preparados a cualquier hora.
Por lo general el aceite lo bombeábamos a los depósitos del barco de uno en uno y así hasta 30, 40 ó 90 bidones de distintos aceites.Los bidones vacíos iban de vuelta al almacén y constantemente escuchaba al jefe: ¡No darle golpes a los bidones, que después Hamido no los quiere!
Y yo preguntaba: ¿Hamido? ¿Quién es Hamido?
Los compañeros me decían: ¡No te preocupes, ya lo conocerás mañana!
Efectivamente al día siguiente terminando de estibar y ordenar los bidones vacíos, llegó un hombrecito musulmán muy pequeñito, delgadito y viejito, con una cara quemada del sol y muy curtida, pero con una sonrisa y semblante de buena persona. ¡Aquí viene Hamido! -me decían mis compañeros- y… ¿a que viene? ¡A llevarse bidones vacíos!……. ¿Y el coche, el motocarro o la moto, dónde está? ¡No, no, a hombro! ¡Ja, ja, ja, ja, pero si el bidón es más grande que él! ¡No te rías! ¡ya lo verás!
Hamido seleccionó un bidón, lo pagó (30 ptas de entonces), con una cuerda que siempre lleva encima lo envolvió, se agachó un poco y ¡upa, aaaaarriba! No daba crédito a lo que veía.
Mis compañeros me explicaban: “Y ahora, andando hasta Castillejos” ¿queeeeee? ¡Sí, sí! Y así todos los días. Y, ¿a cuánto los vende? ¡Al cambio de monedas, lo vende a unas 100 pesetas (de entonces). ¿Qué edad tendrá este hombre? ¡No lo sabe ni él mismo!
He vivido con los primeros “camalos” (gentes que transportan los bultos), que pasaban por los montes de la antigua fábrica de cervezas (Africa Star); he visto como cargaban una vespa de 75 cc. de pilas de petacas, de mantequillas, de cualquier artículo que ni te imaginas, no tenía ni luces porque el hueco lo utilizaban para meter unas treinta pilas; he comprobado como colocan los quesos de bola en el compartimento del motor de un turismo… y las avalanchas que se producen entre l@s porteadores, con algunos fallecidos en los últimos tiempos… ¡De verdad pensaba que lo había visto y conocido todo sobre el tema de los porteadores tanto en Ceuta como en Melilla!
Con el tiempo fui dejando aquel “trabajillo” y me dediqué al de Profesor de Auto-escuela.
Debido a mi trabajo, he ido recorriendo toda la ciudad de punta a punta por todos los bellos rincones y las bonitas barriadas de Ceuta, mi ”cámara de retratar” en la guantera por si acaso.
Casi todos los días veia a Hamido por la carretera nueva, sobre las 9 de la mañana que venia de la frontera y alrededor de las 11 de vuelta con su bidón del día. Después de 30 años que lo conocí, sigo diciendo……. ¡Ahí va Hamido…! Me apetecía conocer algo de la vida de este “HOMBRECILLO”, sí, sí, con mayúsculas .
Le dije…..¡Hola Hamido! Me miró sonriendo y poniendo cara de “buenagente”.
Con un caminar pausado pero sin parar me fui interesando en su vida y con el lenguaje característico entre un “castellanandaluzmarroqui”.
- ¿Cuántos años tú tienes?
- ¡Uffffff, mochos, mochos, con los dedos me indicaba, un seis y un cuatro!
- ¿Sesenta y cuatro?
- “Egua, jae” (egua, significa sí, y jae, amigo)
- ¿Cuántos ninios? -piensa un poco y pone las dos manos con ocho dedos-.
- ¿Ocho ninios grandes?
- ¡Sí, ya muy grandios y marcha a la Spania!
- ¿Cuánto “leuro” el bidón?
- Ahora mocho caro jae, 4 leuro. ¡Vendo 8 leuro!
- ¿Cuántos años llevando bidón?
- ¡UUUuuuu, más cincuenta!!
- ¿Por qué todavía llevando bidón a Castillejos?
- ¡Tiene que comer, jae!
- ¿Tú no jubila?
- ¿Qué eso jae, de jubila?
Llegamos a la frontera y termina nuestra charla, con una mano aguanta la cuerda del bidón y con la otra me saluda, quedamos otro día que podamos los dos para seguir charlando.
Me grita fuerte con esa cara de hombre bueno, – ¡adiós jae, hasta maniana!
- ADIOOOOOSSS,,,,,,,,¡¡ JAE ¡!


REFLEXION SOBRE HAMIDO

La verdad, es una pena… Independientemente de razas, religiones, culturas, sexos u otras milongas… ¿no se merecería este hombre la medalla al trabajo?
Me gustaría que Hamido tuviera una vejez tranquila con su carnet de pensionista, viviendo en una casa de jubilado, viajando con el Inserso por cualquier lugar, celebrando todas las fiestas que hacen los Servicios Sociales para la tercera edad y sus comilonas, me encantaría que tuviera una paga de pensionista como cualquier jubilado. ¡Pero eso es un sueño imposible!
Fundamentalmente porque Hamido no es español, no es autónomo, no trabaja por cuenta ajena, no sabe lo que es cotizar, no sabe leer ni escribir, lo único que sabe es que tiene que llevar un bidón desde el muelle de la Puntilla hasta Castillejos y “andando” (más o menos unos 15 o 20 km.). O sea, que Hamido tiene que hacerse aproximadamente unos 40 km para ganar unos 2 ó 3 euros. Y todo esto en el año 2.010. Por supuesto, o continuas o mueres.
¡¡De verdad!!, ¿no es alucinante?
Pensando que lleva por lo menos 50 años a bidón diario (aunque me explicaba que cuando era más joven, incluso dos viajes) sin contar festivos y demás… 200 días por año a 50 bidones diarios… ¿10.000? Si cada bidón llevara la firma de Hamido estoy seguro que habría bidones suyos hasta en Sudáfrica.


Si sigo viéndolo todos los días es buena señal para “EL JAE” y para “YO MISMO”.


Este fué mi primer relato de Historias de Yo Mismo, que me publicó hace un año mi amigo Carlos Bernal en su blog de "Al Sur del Sur".
Llevo  meses tratando de localizar a Hamido, para haber charlado un rato con él, los lugares donde el solia frecuentar para comprar los bidones tampoco tienen noticias suyas, tambien he preguntado a algunos policias amigos, por si lo han visto, trataré de seguir buscandolo para saber algo de Hamido.
Hamido haciendo un descanso para echar un cigarrillo.

YO MISMO se lo dedico a todos los hombres y mujeres que se dedican a portear mercancias por dos euros, y aguantando lo "inaguantable".  

miércoles, 10 de junio de 2015

¿¿Sabes lo que es La Cosa??

Eran las 11 de la mañana,  en el aula de 1º de Primaria unos veinte niños de entre 5 y 6 años estaban terminando una tarea que les puso la Sta Virginia, todo estaba en silencio mientras que los chavales se concentraban en su trabajo, cuando de pronto se abrió la puerta y entró la Sta. Sofia de la clase de al lado, con los ojos desencajados y muy alterada gritó: ¡¡la Cosa no está bien!!, la ¡¡Cosa se nos va de la mano!!, ¡¡la Cosa no tiene ni pies ni cabeza!!. La Sta Virginia le contestaba: ¿¿Pero que Cosas me estas contando??, ¡¡cuentame las Cosas con pelo y señales!!.
Todos los niños se quedaron atónitos sin saber como reaccionar, dejaron de hacer los deberes y empezaron a mirarse asustados unos a otros, al momento sonó la campana del recreo y fueron saliendo de clase pero muy asustados.
Ya en el patio de recreo todos se hacian la misma pregunta ¿¿QUÉ ERA LA COSA??, un grupo de siete chiquillos hicieron un corro, para tratar entre ellos de analizar el tema, unos defendian la teoria de que la Cosa era un monstruo maligno que estaba amenazando a toda la humanidad, Manolo que es un niño muy espabilado comentaba, me parece que es una moto, porque mi padre siempre está diciendo, ¡¡la Cosa va sobre ruedas!!, cuando enciende la tele dice: ¡¡a ver como avanza la Cosa!!, la Cosa funciona asi, cuando ha terminado de ver las noticias siempre comenta, ¡¡la Cosa no tiene arreglo!!.
Lucia que era una niña muy inteligente, estaba escuchando atentamente a sus compañeros de clase, cuando comentó: pués yo creo que la Cosa es algo raro que sirve para pintar, porque a mi Mamá le gusta pintar cuadros y siempre dice: la Cosa no pinta bien, la Cosa pasó de castaño a oscuro. Al final ninguno se ponia de acuerdo que era aquella COSA que con tanto miedo hablaban las dos señoritas, quedaron todos en preguntarles a sus padres y que estos les explicara que era LA COSA, asi que al dia siguiente quedarian en el recreo y cada uno dijera lo que sus Padres le habia contado.
Era curioso que cuando todos los niños les preguntaron a sus Padres ¿¿qué era la Cosa??, todos sin excepción se quedaron sorprendido ante la pregunta de los niños y al principio nadie supo contestar, empezaron a titubear y para ganar tiempo decian: ¡¡cada Cosa en su momento!! no preocuparos, la Cosa está bajo control, la mayoria de los Padres, como el que no quiere la Cosa, les decian a sus hijos, ahora no puedo contestaros porque, tengo muchas Cosas que hacer, después te lo explico.
Algunos de los Padres  tenian amistad entre ellos, empezaron a llamarse para saber que le podrian explicar a sus hijos comentando entre ellos, quedaron esa misma tarde en reunirse para ponerse de acuerdo, se sentaron en una cafeteria y se miraban unos a otros para ver quien empezaba primero, uno comentó la Cosa no está para bollos, ¡¡Es verdad!! contestó otro Padre, la Cosa está que arde, estas Cosas no pasaban antes, otro que  no sabia que decir, comentó la Cosa está entre la espada y la pared.
Como el que no quiere la Cosa, los Padres se reunieron pero, como la Cosa no estaba clara trataron de consultar a algún experto para que le pudiera explicar a los Padres que era LA COSA, de esta manera dijeron: las Cosas claras y el chocolate espeso, el experto era otro amigo que trabajaba en la administración, como estaba acostumbrado comentó: La Cosa no era grave, pero la Cosa funciona asi, ya sabeis todos que las Cosas de palacio van despacio, otro Padre de un alumno les decia a todos... la Cosa manda huevos, estas son las Cosas que nunca entiendo.
Mientras que los niños inocentemente jugaban esperando que sus Papis les dijera lo que significaba aquella COSA tan terrible, los pobres Padres llevaban más de cinco horas debatiendo el tema, la Cosa se les iba de la mano y la Cosa iba para largo, las Cosas se sacaban de quicio, como no habia acuerdo entre todos tomaron la decisión  de que cada uno le explicara las Cosas  a sus hijos, lo que creyeran conveniente.

Asi fué como a la mañana siguiente al sonar la campana del recreo se reunieron de nuevo los siete niños, se miraron unos a otros y se llegó a una conclusión definitiva, LA COSA era un enorme bicho, como una especie de monstruo que tiene muchas cabezas, ojos y oidos, que nos controla a todo el mundo, con muchos tentaculos muy largos que llega a dominar a todos los habitantes, como a los propios alumnos, los Padres y Madres a sus Abuelitos, a los maestros, los medicos, taxistas, trabajadores, esa COSA les quitaba dinero a todos, les  quitaban dias de fiestas, subian las pastillitas de los Abuelos, les quitaba los trabajos a las gentes, hacia que subieran los precios de nuestros libros, esa COSA era la culpable de que nuestros Papás discutan tanto por el dinero, ya no vendrian ni los Reyes Magos a traernos regalitos, seguro que no cenaremos en Navidad con mis primos,  mis titos y los Abuelitos.
LA COSA, vista por los protagonistas.




Analizando un poco lo que comentaban los niños, la verdad es que la Cosa no está para tirar cohetes, aunque tengo confianza en que la Cosa se arregle, como siempre se me ocurre cuando veo a algún amigo por la calle...

...¿¿Como vá la Cosa??