Yo Mismo

sábado, 18 de mayo de 2013

Un paseo por los Fuertes


A los que nos gusta hacer senderismo es casi obligatorio  pasar por algunos de los Fuertes Neomedievales, he hecho muchas excursiones por algunos de ellos y siempre he prestado atención a las personas que entienden algo de los fortines.

Antes de 1859, existian unos reductos en determinados puntos de los alrededores de Ceuta, que fueron atacados por hombres de la cabila de Anyera, a partir de este momento se produjo la guerra contra Marruecos y gracias al tratado de Wad Ras, firmado el 26-04-1860, en el lugar de aquellos reductos se construyeron unas fortificaciones militares de estilo Neomedieval, que sirvieran para vigilancia y a la vez que fueran  capaces de aguantar las enbestidas de las tropas enemigas, las caracteristicas que tenian en común era que todos divisaban a la torre que tenian a la izquierda y la que tenian a la derecha, a través de distintas señales como banderas, espejos o fogatas, o sonidos de campanas, dependiendo de las horas del dia, se iban dando las novedades de un fuerte a otro, hasta llegar al cuartel general del Serrallo y viceversa.
Teniendo apróximadamente unos diez años, frecuentaba diariamente la casa de mi abuelita Lola, justo frente del Cuartel de la Guardia Civil, todas las semanas era como una feria cuando salian los destacamentos de Guardias Civiles que caminaban a pie para hacer las guardias en cada fuerte, que duraban una semana, era curioso porque se les preguntaba: ¿¿A donde vais?? ¡¡ a Anyera!!  ¡¡a Mendizabal!! y asi un destacamento para cada fuerte, al dia siguiente veiamos  regresar a los destacamentos de Guardias Civiles relevados, más adelante los trasladaban en autobuses.

viernes, 3 de mayo de 2013

Historia de un Aprendiz

Acabo de hacer una visita al campo santo y poner unas flores a nuestros mayores, no voy con frecuencia pero si tres o cuatro veces en el año, para ir al nicho donde esta mi madre, siempre me encuentro de frente con un nicho, donde en la lapida reza el nombre de Juan Roman Reina, siempre me paro unos segundos delante y en esos segundos con los ojos cerrados es como si me leyera un libro de mi vida en común con Juanichi durante mas de siete años, siempre termino con los ojos humedo.
Allá por los años sesenta, tendria aproximadamente unos catorce años, estudiaba 3º de bachiller en el Instituto, llegó un momento que las asignaturas se me estaban atravesando y cada dia estaba mas “agobiao” (hoy se le dice “crisis de ansiedad”), entre la cañita de Moreno, el secretario Bohorquez, Don Jaime
Rigual y su Señora, Don Bernardino, Julio Anton, Alfonso Sotelo, Rafael Juarez, etc etc. todos buenas gentes, pero Yo Mismo iba dando tumbos, “cuesta abajo y sin freno” para esto hoy en dia hay profesores especialistas en Pedagogia, incluso Psicologos que me hubieran ayudado a superar aquel “bajón”.

Pero en aquellos tiempos la unica salida que habia es decirle a tu Padre..¡¡no quiero estudiar mas!! Tampoco mi Padre estaba preparado en esos momentos para hablar conmigo y tratar durante unos segundos de convencerme, hablar con los profesores y continuar. La respuesta de mi Padre fue ¡¡vale!!.

Mi maestro Juani con su niña Ana Mari.


Al dia siguiente a la hora de la comida, con la seriedad que le caracterizaba me dijo: ¡¡ mañana a las ocho de la mañana tienes que ir al patio Masoni, al fondo hay un taller de mecanica y pregunta por Juani!!

Evidentemente como representante legal mio ya habia quedado claro las condiciones de trabajo y salario, Categoria: Aprendiz
Salario: Nada.
Ocho de la mañana, pegando saltitos de los nervios, entro en un túnel que de principio daba miedo era el patio Masoni y me dirigo al fondo donde se veia un taller pero estaba cerrado, no pasa ni cinco minutos cuando aparece un personajillo muy delgado, metido dentro de un mono, rostro quemado y pelo muy negro, le pregunto:¡¡buenos dias!!¿¿ es usted Juani?? ¡¡si!!....