Hoy 18 de Diciembre de 1958, es mi cumpleaños y cumplo nueve añitos, me van a poner una tarta con nueve velitas en casa de la Abuela, vamos a celebrarlo y la Abuelita nos va a contar uno de sus cuentos que hoy me lo dedicará a mí.
Ya faltan pocos dias para Navidad, siempre cenabamos en casa de la Abuela, entre todos sus hijos compraron varios pollos del campo, como en la casa no habia sitio y por detrás de la casa de la Abuelita en Hadú, estaba la huerta de Paneque donde tenian muchos pollos sueltos, mi Padre llevó los cinco pollos para que los criara Paneque junto a los suyos, todos los domingos ibamos todos los primos a ver como estaban de grande, nos relamiamos el labio superior como diciendo... ¡¡Uuuhhmm que rico!!.
¡¡ Correee vamos, que la Abuela nos va a contar un cuento!! hoy era especial porque era mi cumpleaños y me lo dedicara a mi, además estaban todos sus hijos que tambien querian oir esos cuentos...
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Mi Abuela Lola rodeada por sus hijos, de izquierda a derecha
Julia, Lola, Manolo, Isabel Rico, Joaquin, Carmen Estudillo (mi madre),
Luis ( mi padre), Juan Chacon y Lucrecia |
¡¡MILAGROS DE LA NAVIDAD!!
...Era un coche negro de lujo de los ultimos modelos, el conductor con traje negro y un gorro con visera conducia con elegancia, atrás una señora de mediana edad le dijo al conductor:
¡¡Arturo, vamos a subir a Hadú!!
El conductor pegó un salto en el asiento y mirando a la señora por el espejo retrovisor dijo:
¿¿Señora ha dicho usted a Hadú?? ¡¡Si, si !!
A la altura del cuartel de la Guardia Civil, la mujer le ordenó al conductor...
¡¡Arturo pare usted que me voy a bajar a dar un paseo!!
El conductor preocupado y asustado de ver a su señora salir sola por Hadú, le comentó:
¡¡Espere señora que le acompañe!!
¡¡No hace falta Arturo, conozco muy bien esta barriada!!
Se llamaba Elvira, era una mujer de mediana edad muy guapa con un abrigo y ropas caras tenia pinta de tener mucho dinero, no sabia que hacia paseando por Hadú, hacia muchos años que no venia por esta barriada, hacia mucho frio y Elvira tenia un presentimiento pero no sabia cual era, iba paseando hasta la iglesia de San José y después volvió recreandose de todos los rincones que habia por toda la barriada, vió como en las tiendas de los alrededores y en el bar de Juan Lara las gentes se reunian alrededor de una radio enorme y escuchaban los números de la loteria de Navidad, cantada por los niños del colegio San Ildefonso de Madrid, por supuesto era un 22 de Diciembre, a la altura del asador de pollos del Baviera, vió a un mendigo sentado en la entrada con un platillo entre las manos con algunas monedas, la mujer dió un "respingo" abrió los ojos y se puso de pie delante de aquel pobre hombre, se quedó mirando fijamente, el hombre se acurrucó y agachó la cabeza porque pensó que la mujer se reiria de él y le dijo:
¡¡Por favor señora deje de mirarme y vayase!!
Después de unos minutos la mujer se agachó para intentar levantar al mendigo, pero este se resistia y rechazaba la ayuda, el hombre gritaba y trataba de arrastrarse, mientras que Elvira insistia en levantarlo, en ese momento apareció un guardia que pensando que el mendigo molestaba a la señora del abrigo, le dijo:
¿¿Señora que ocurre, le está molestando este hombre??
¡¡Nóoo, señor guardia trato de ayudarlo a levantarse, para invitarle a tomar algo caliente!!
¿¿Me podria usted ayudar??
¡¡Como nó, señora!!
Este hombre lleva tiempo por aqui mendigando, se llama Juan, pero no es mala persona, es cariñoso con los niños y tambien bastante educado, tuvo aqui cerca una tiendecita, pero le fueron mal las cosas, además que está solo y sin familia, vive aqui de la caridad de los vecinos de Hadú.
El agente que se llamaba Luis se acercó a aquel hombre y le susurró en el oido: ¡¡venga Juan, acepta la invitación de la señora que puede ser una oportunidad para comer algo caliente!!
A regañadientes el mendigo se puso de pie mirando de reojo a aquella señora tan guapa, se marcharon acompañados por el guardia a un local donde habia una cafeteria, pero el indigente se resistia a entrar, diciendo:
¡¡Nooo, ahi no puedo entrar porque me van a echar!!
Entre la señora y el agente le obligaron a entrar y se sentaron en un rincón, cuando apareció el dueño llegaba muy furioso diciendo:
¡¡ Este hombre no puede entrar aqui, asi que abandone el local!!
Elvira se levantó como un resorte y le dijo:
¡¡Usted conoce la compañia Maritima de Fernandez-Gonzalez, S.A,!!
¡¡Claro, son unos importantes clientes mios y los directivos vienen muy a menudos a los reservados de este local!!
y usted gana un buen dinero con esas reuniones, ¿¿no es asi??
¡¡Bueno si !! ¿¿pero eso a usted que le importa??
¡¡Pues yo soy Elvira Fernadez Gonzalez, la dueña y presidenta de esa compañia!!
El propietario del bar se quedó petrificado y mudo sin saber como reaccionar...
...¡¡Ahora haga el favor de ponerle a este hombre un café y lo que le apetezca de comer!!
¡¡Agente Luis!!, ¿¿quiere acompañarnos a tomar un café??
El guardia que estaba ensimismado y entusiasmado por el caracter de la señora con el propietario del local, que por cierto no le caia nada bien, porque era muy déspota, le contestó a la señora ¡¡ Si me tomaré un café!!.
Una vez servidos, el mendigo estaba como flotando en una nube y no comprendia nada de lo que estaba ocurriendo, la señora en presencia del agente Luis le dijo al mendigo:
¿¿Juan tú te acuerdas de mi??
El mendigo miró fijamente a la señora y le dijo ¡¡su cara me es familiar pero ahora no recuerdo!!
Es normal que no me recuerdes, estoy un poco más mayor y con unos cuantos kilos de más, antes no querias entrar en este local porque anteriormente era tuyo ¿¿verdad??
¡¡Si señora, hace unos años no me fueron bien las cosas y como estaba alquilado tuve que dejarlo todo!!
¡¡Tú tenias aqui hace más de quince años una tienda de comestibles!! El guardia que estaba en silencio y escuchando abria la boca, sorprendido por los conocimientos de aquella mujer.
¡¡Mira Juan, hace muchos años me quedé huerfana y sola, vivia aqui en una casa de Hadú de alquiler, pero al no tener trabajo dejé de pagar el alquiler de la casa y me echaron a la calle con una bolsa de ropas, era un dia de mucho frio como el de hoy, empecé a preguntar por todas partes si tenian un trabajo para mi, pero todo el mundo me daba la espalda y no me hacian caso, cuando llegué a tu tienda, me dijistes:
¡¡Mira muchacha, trabajo no te puedo dar!!
¿¿Tienes hambre?? y yo con la cabeza te dije, ¡¡si, mucha hambre!!
Me dijistes que me sentara en un taburete que tenias en el mismo rincon que estamos ahora, me pusistes una taza de café muy caliente de tú termo y el mejor bocadillo de jamón que nunca jamás probé, me quedé dormida toda la noche, me dejaste que durmiera tranquila y me echaste una manta por encima, Juan asentia acordandose de aquella anécdota, llegandose a emocionar, asi como el guardia Luis que escuchaba la historia de aquella señora del abrigo de piel,
¡¡Ahora lo recuerdo, que eras una muchacha muy joven y con mucha hambre y sueño!! dijo Juan sonriendo.
Pues si Juan, tú me ofrecistes que si tenia problemas volviera a la tienda, que no me faltaria un cafe y un bocadillo, al dia siguiente encontré un trabajo, pero me tuve que ir fuera de Ceuta, poco a poco fui progresando hasta formar mi propia empresa, ¡¡la verdad que me ha ido muy bien!! y siempre pensé que habia tenido una estrella que me ha estado protegiendo, ¡¡creo Juan que esa estrella fuistes tú!!.
Elvira abrió su bolso saco una tarjeta y le dijo:
¡¡Toma Juan esta es la tarjeta de mi jefe de personal!! te presentas a él que te dará el mejor trabajo que tú te mereces, sacó un puñado de billetes y le dijo:
¡¡Te alojas en el mejor hotel y te compras varios trajes, ropas y zapatos!! no quiero verte nunca más mendigando por las calles, tú te mereces algo mejor, el agente Luis se encargará de que cumplas, la señora se levantó para marcharse y Juan fué a darle las gracias, pero la mujer le dió dos besos en la mejilla y le dijo ¡¡que Dios te bendiga a ti Juan, a partir de este momento comienzas una nueva vida!! se despidió del guardia y le dijo: ¡¡Señor Luis, cuide que cumpla con todo lo que le he dicho!!
¡¡Asi lo haré señora!!, le contestó el guardia.
Aquella mañana tambien a Juan le tocó la varita mágica de la Navidad, la señora Elvira se convirtió ahora en su estrella, el guardia Luis le estuvo acompañando durante varios dias hasta que se convirtió en un hombre elegante y limpio, con un trabajo digno, Luis le dijo: ¡¡Juan aprovecha esta oportunidad que la vida te da!! y recuerda...¡¡Dios cierra puertas que ningún hombre puede abrir y Dios abre puertas que ningun hombre puede cerrar!!...
...y Colorín Colorado, este cuento se ha acabado.
Nos quedamos "embobaos" cuando la Abuela terminó, algunos de los pequeños y tambien de los grandes se le asomaban algunas lagrimillas, empezamos a bombardear a la Abuelita con preguntas sobre el cuento, mi prima Lucre le dijo: ¿¿Abuela y quien era el guardia Luis?? la Abuela con una sonrisa y mirando de reojo a su hijo Luis se encogió de hombros como indicando que no lo sabia, pero en ese momento miré a mi Padre que hacia un gesto sonriente, en ese momento Yo Mismo me dí cuenta que aquel guardia habia sido él y se lo habia contado a su Madre para que esta nos contara la historia a los nietos.
Feliz Navidad a tod@s.