Las Navidades se presentaban con pocas ganas y sin ilusiones, porque, aunque Andrés que tiene 70 años y viudo, es el pilar donde se sostiene la familia y sobre todo los seis nietos, fue toda su vida un trabajador nato, estuvo de pescador desde niño en la Almadrabeta, más tarde de albañil y los ultimos años hasta su jubilación de barrendero, aunque Andrés es muy delgadito y con muchas arrugas en la cara por las inclemencias del tiempo, nunca estuvo enfermo.
Yo Mismo que conozco bien al Abuelo Andrés, desde que se quedó viudo vive solo en su casa, que está cerca de donde vive sus hijos, el limpia su casa, se hace de comer y sobre todo no quiere molestar a nadie, no pasa un dia que no va ver a sus hijos y nietos, es una persona sencilla, cariñosa y buena con todas las gentes que lo conocemos.Me comentaba Juan, ¡¡los niños tienen locura con su abuelo!!, nada más de pensar que le pudiera ocurrir algo a mi Padre, lo lamentaria mas por los niños.
Yo Mismo trataba de animar a mi amigo Juan, pues nunca lo habia visto tan abatido, le dije: ¡¡tén fé amigo mio!! Nos abrazamos y se nos resbalaron unas lagrimas por la mejilla.
Juan me hablaba del Abuelo Andrés, no demostraba ninguna preocupación, todo lo contrario era el que daba animos a sus hijos, siempre comentaba que no se preocuparan que no pasaba nada, todos los dias iba a ver a sus nietos de su hija Luisa y tambien se acercaba a casa de Juan y Amelia para ver a sus nietos, a los seis los queria por igual sin ninguna preferencia y los niños igual con su Abuelito Andrés, Yo Mismo escuchaba a mi amigo Juan que con lagrimas en los ojos y emocionado me iba explicando cosillas de su Padre, me decia: ¡¡aunque todos los niños estan loquitos con su abuelo!! Pero ¡¡mi Alicia con seis añitos tiene pasion ¡! Ademas que es muy sensible. Los niños saben mucho, parecen que no están atentos a las conversaciones que tenemos con Amelia y mi hermana Luisa, pero escuchan y saben que algo esta pasando.
Me seguia explicando Juan algunos detalles… hace unos dias Alicia estaba sentada en las rodillas del Abuelo y mirandole fijamente a la cara le dijo: ¡¡Abuelito, tienes muchas arrugas en la cara!! ¿¿porqué no te echas las cremas de mamá para que se te quiten las arrugas??
Mi padre se reia y le aumentaban las arrugas de la cara,¡¡No Ali, no quiero que desaparezcan las arrugas!! ¿¿porqué no Abu?? ¡¡porque soy muy viejo y no quiero perder las arrugas!! ¡¡debajo de cada arruga hay algo que aprendi en la vida.
A Alicia se le abrieron los ojos como plato, empezó a buscar entre las arrugas del Abuelo como si estuviera buscando un tesoro, así los mantuvo mientras el Abuelo le enseñaba la arruga en la que guardaba el dia que aprendió que era ¡¡mejor perdonar que guardar rencor!! O aquella otra que decía que ¡¡escuchar era mejor que hablar!!, esa arruga enorme que mostraba que es ¡¡más importante dar que recibir!! O una muy escondida que decía que, ¡¡no habia nada mejor que pasar el tiempo con los niños!!
Desde ese dia a Alicia su Abuelo le parecía más guapo, cada dia iba corriendo haber si habia alguna arruga más y que lección aprenderia del Abu, hasta que un dia el Abuelo le dijo a Alicia ¡¡anda pero si tu tienes tambien una arruga!! Y le señalo en el cuello ¿¿Qué leccion guardas tú en esa arruga?? Le dijo el Abuelo a la niña, Alicia se quedó pensativa durante unos segundos tocandose la arruga del cuello, se echó a sonreir y le dijo a su Abuelo:
- Que no importa lo viejecito que seas abuelo, porque…¡¡te quiero mucho!!.
Juan y Yo Mismo nos despedimos, aunque eran dias cercanos a la Navidad no me atrevía ni me apetecia felicitarlo en estas fechas, esperaré a que vengan los resultados.
Pasados unos dias me llamó Juan por telefono y me asusté cuando vi la llamada, lo primero que pregunte es: ¿¿pasa algo?? ¡¡no, no!! ¡¡es que los niños quieren hablar contigo, ¿¿Qué los niños quieren hablar conmigo?? ¿¿Por qué??, Juan me contestó ¡¡ya te lo explicaran!! Nos vemos esta tarde donde siempre.
Alli estabamos sentados, en la cafeteria donde solemos vernos, llegaron Juan, su mujer Amelia y los tres niños, Jorge, Alicia y el pequeño Victor, los niños se acercaron a mi con una carta de los Reyes Magos cada uno, Victor se sentó en mis rodillas y Jorge me echó el brazo por encima de mi hombro y Alicia que es más espabilada me entregó las tres cartas de los Reyes Magos, Yo Mismo les pregunté: ¿¿Qué significa esto?? Miraba a los niños y a sus padres, me encogia de hombros porque no entendia nada, Ali abrió una carta para que Yo Mismo la leyera… ¡¡Queridos Reyes Magos, NO QUEREMOS JUGUETES, solo queremos que el Abuelito se ponga bueno!!
No sabia si reirme, si llorar, si salir corriendo, me quedé helado, pero seguia sin comprender porque me entregaban las cartas a mi, y les pregunté a los niños ¿¿Por qué?? ¡¡ porque nosotros sabemos que tus papis están en el cielo y los conoce!! Nos lo dijo Papá que los Padres de Yo Mismo están en el cielo y conocen a los Reyes Magos, ¿¿podrás darle nuestras cartas cuando veas a los Reyes Magos??, un escalofrio me volvio a recorrer la espalda, miré fijamente a Amelia y Juan, con los ojos les decia ¡¡esto no se hace!! Tambien intentaba explicarle a los niños que era muy difícil hablar con los Reyes Magos, porque tenian mucho trabajo, pero ellos no lo entendian, empezaron a besarme y a acariciarme y me decian ¡¡anda, porfa, porfa, porfa!! ¡¡bueno veré que puedo hacer!! Es lo que se suele decir “una mentira piadosa”.
Mi amigo Juan me ha hecho una faena, me fui andando cabizbajo y sin rumbo fijo, sin darme cuenta me encontré en la puerta de la Iglesia de Ntra Sra de Africa, entré y estuve un buen rato charlando con la Virgen de Africa y la Virgen del Carmen, salí convencido de que la esperanza nunca se pierde, y que ellas dos me ayudarían.
Faltaban unos dias para la Navidad, cuando me suena el móvil y veo que es el nùmero de Juan, ¿¿Juan, qué pasa?? Y me dice ¿¿nos podemos ver esta tarde, donde siempre?? ¡¡vale!!, estos sobresaltos no son buenos para mi corazón.
Allí estaba sentado tomando un descaféinado con sacarina, mientras esperaba, cuando veo de aparecer a Juan, Amelia y los tres niños que salen corriendo a abrazarme, besarme y el pequeño Victor enganchado a mi cuello, los tres repetian ¡¡gracias Yo Mismo!!, no comprendia nada aunque por la cara de felicidad de mi amigo Juan y Amelia, me imaginaba algo, Juan abre una hoja y me la enseña, con el nombre del Abuelo Andrés, unos resultados medicos que al final del todo ponia “NEGATIVO”, ¡¡dice el medico que está como un roble!! ¡¡Solo un poquito de azúcar!! Nos abrazamos y, ¡¡ahora si les deseé Feliz Navidad!! Y a los niños les pregunté ¿¿vais a pedir algunos juguetes a los Reyes Magos?? Y Alicia dijo: ¿¿No te acuerdas que te dimos las cartas?? ¡¡Los Reyes Magos han leido la carta y han puesto bueno al Abuelito!! ¡¡ya no queremos nada!!. Me despedí de todos y me fui dando un paseo, pero feliz de saber que el Abuelo estaba bien, sin darme cuenta mis pasos iban hacia la iglesia de Africa, entré y volví a tener una conversación con la Virgen de Africa y la Virgen del Carmen y mi ultima palabra a las dos fue, GRACIAS.
El amor de los abuelos es algo que ningún niño debería perderse; ni ningún abuelo debería perderse el amor de sus nietos...
Yo Mismo, se lo dedico a mi familia, a los Amigos y Amigas que real o virtualmente se han preocupado de mi durante todo el año y especialmente a mi Amigo Juan y su familia.
FELIZ NAVIDAD