¡¡Nunca ibamos a ese lugar!... porque según nuestros mayores nos podria ocurrir las cosas mas tenebrosas y terribles que jamás hubiera ocurrido, pues ningún niño habia conseguido salir vivo de aquel lugar...
...Le decian la "Piedra Maria", era una piedra blanca con una superficie suave para poder sentarse, estaba en el monte que se encontraba al Este de la barriada, era la prolongación del Morro, con una pendiente descendente hasta llegar a un cortado desde donde se veia perfectamente la bahia sur de Ceuta, era muy conocido por todos los niños del barrio de O´Donnell como el Monte de la Mochila, donde todos los años lo visitabamos para pasar ese dia, pero siempre habia un limite o una persona mayor que impedia el paso hacia aquel lugar, aunque ningun niño se atrevia a pasar esa linea imaginaria que llegaba hasta la Piedra Maria.
Yo Mismo tendria unos siete añitos, cuando en un atardecer de un invierno con muchas tormentas, nos cobijamos en un portón un grupo de niños y niñas tod@s "cagaitos" de miedo, cuando a alguien se le ocurrió hablar de la Piedra Maria, estabamos con los ojos muy abiertos en la penumbra del portón iluminados de vez en cuando por los rayos y relampagos acompañados por truenos que no nos dejaba escuchar unos a otros en nuestras conversaciones de miedo...
...Cada uno iba haciendo un comentario, alguien empezó a hablar, ¡¡Póooo mi madre dice que todas las noches pasea una mujer por el monte de la Mochila con una túnica blanca y con una melena larga de color blanco!!, el miedo era patente entre los presentes, ¡¡es verdad, yo la he visto muchas noches de pasear entre los arboles!! comentaba otro, ¡¡siiii y la acompaña un hombre alto con un abrigo negro!!, otra decia que era una mujer muy guapa que murió de pena porque su novio la abandonó y quiso que la enterraran en ese lugar, por eso sale todas las noches a pasear por el monte.
Alguien comentó: ¿¿Vamos mañana hasta la piedra y la vemos?? se hizo un silencio sepulcral y un escalofrio nos recorrió a tod@s por la espalda cuando escuchamos la voz de una mujer que venia como de ultratumba... ¡¡VENGA TODOS A SUS CASAS QUE ES MUY TARDE!! era una de nuestras madres que nos gritaba para recogernos.
Aquellas conversaciones de portón se iban olvidando, pero cuando llegaba el dia de la Mochila empezaban otra vez los comentarios terrorificos de ese lugar y tambien las noches sin dormir pensando en ¿¿que habia en ese lugar??.
Hasta que un dia me di cuenta que Genaro iba todos los dias con sus cabras por esos lugares para pastar los animales. ¡¡yastá!! le preguntaré a Genaro.
A la mañana siguiente con el cazo y los tres reales que valia el litro de leche, cogí unos zuecos y me metí en el corral, mientras que Genaro estaba agachado ordeñando una cabra, le pregunté: ¿¿Usted vá todos los dias a pastar las cabras por el monte de la Mochila??, me miró serio con el ceño fruncido y asintiendo con la cabeza, a la vez que estaba esperando la siguiente pregunta, le volví a preguntar ¿¿puedo ir esta tarde a acompañarle?? me volvió a mirar y me dijo: ¡¡si!! pero se lo dices a tu madre si te deja y te traes la merienda.
Salí del corral con una sensación muy extraña, por una parte la alegria de pasar la tarde con Genaro y las cabras y por otra parte la incertidumbre de lo que me podria ocurrir en el lugar prohibido.
Se lo dije a mi Madre y no me puso buena cara, perooooo me dijo:
¡¡Vale, pero le dices a Genaro que no te acerques a la Piedra Maria!!
¡¡Si Mamá, ponme una molleta con carne de membrillo para merendar!!.
No le dije nada a ninguno de los niños y niñas, queria ir solo para enterarme bien de lo que alli ocurria, aunque Yo Mismo era un "cagueta" pero al lado de Genaro me envalentonaba, empezaron a salir las cabras a trompicones por la puerta del corral, tambien venian los perros Sed y León que eran los que cuidaban a las cabras, empezaron a andar por todos los escarpados de los alrededores, Genaro con su sombrero de paja y su chaqueta negra iba silbandoles y nombrandolas por sus nombres, cada una tenia su nombre propio que se le ponia al poco de nacer, según su comportamiento o color, como la Marrona, la Pintá, la Rapida, la Blanquita, la Flaca, etc. Genaro llevaba un palo largo y grueso a modo de bastón y un bolso de cuero con su merienda, empezamos a subir por el monte de la Mochila, mientras que las cabras iban comiendo los brotes de las yerbas y las cabritas pequeñas saltando y brincando alrededor de sus madres-cabras.
Cada vez nos ibamos acercando más al lugar más tenebroso, el sol ya se iba ocultando y empezaba a oscurecer pero veia que Genaro no hacia ningún gesto, ni tenia miedo, ni ná, Yo Mismo me puse detrás de él, cuando se acercó a un rellano donde habia una piedra alargada de color blanca y se sentó en la piedra, me quedé paralizado, temblando y pálido, se volvió y me dijo ¡¡Ven, sientate aqui a mi lado!! me senté despacito por si ocurria alguna cosa, pero él con toda naturalidad sacó un trozo de pan y un queso, me ofreció un trozo, no tenia ganas ni de comerme la molleta con carne de membrillo que me puso mi madre, entonces respiré hondo y le pregunté:
¿¿Genaro esta es la Piedra Maria??
¡¡Si!! esta es la Piedra Maria, todos los dias vengo aqui, me siento, meriendo y veo toda la bahia y la Ciudad.
La verdad es que tiene una vista preciosa se ve toda la playa, la Almadrabeta, todos los barquillos que están pescando en toda la bahia y los montes de Marruecos como el Negrón, El Rincón, Cabo Negro y toda la costa.
Me fuí tranquilizando y le volví a preguntar:
¿¿Porqué le dicen la Piedra Maria??
Genaro que era una persona "bonachona", me queria mucho y siempre me habia tratado muy bien, después de terminar el trozo de queso que tenia en la mano, empezó diciendome:
¡¡Mira Joaquinito!! antes de que se construyeran todos los pisos, ya viviamos en la casa que estamos y empezamos en un pequeño corral con diez cabras para vender leche a algunos vecinos, incluso venian gentes del Morro a comprar leche, entre estos vecinos habia una mujer que vivia por las Carmelitas, su nombre era Maria era natural de Almeria, estaba casada con un hombre que se dedicaba a la pesca, pero un dia en una tarde de fuerte levante el barquillo donde iban cuatro pescadores naufragó frente a las costas de Marruecos, ahogandose todos los ocupantes, aparecieron tres de los marineros pero el marido de Maria no apareció y se le dió por fallecido, Maria no podia creerse lo que habia ocurrido, se quedó totalmente sola porque no tenia hijos ni familiares que le pudieran ayudar.
Maria en su desesperación nunca dejó de venir a este lugar donde se divisaba toda la bahia, se sentaba en esta piedra blanca que estamos nosotros sentados esperando si su marido aparecia, asi estuvo durante varios años, los vecinos le ayudaban a darle de comer incluso yo cuando venia todas las tardes con las cabras ordeñaba alguna aqui mismo y en un jarrillo de lata que ella traia se lo llenaba de leche fresca, charlaba largos ratos con ella, me decia que cualquier dia vendria su marido a buscarla.
Pero un dia dejó de acudir a su visita diaria a su Piedra, todos los vecinos del Morro preocupados por que no la veian, la buscaron por todos lados y vinieron a este lugar a ver si estaba, mientras que pastaban las cabras al cuidado de León y Sed, me puse a buscarla pues yo tambien la echaba de menos, pero de Maria nunca más se supo nada.
Desde entonces se le conoce a esta roca como LA PIEDRA MARIA, cuando se construyeron los pisos ya existia la leyenda de que Maria estaba enterrada aqui...
...Genaro se quedó mirando al horizonte se quitó su sombrero de paja y en voz baja decia: ¡¡Maria no está aqui, está junto a su marido!!
Alguien comentó: ¿¿Vamos mañana hasta la piedra y la vemos?? se hizo un silencio sepulcral y un escalofrio nos recorrió a tod@s por la espalda cuando escuchamos la voz de una mujer que venia como de ultratumba... ¡¡VENGA TODOS A SUS CASAS QUE ES MUY TARDE!! era una de nuestras madres que nos gritaba para recogernos.
Aquellas conversaciones de portón se iban olvidando, pero cuando llegaba el dia de la Mochila empezaban otra vez los comentarios terrorificos de ese lugar y tambien las noches sin dormir pensando en ¿¿que habia en ese lugar??.
A la mañana siguiente con el cazo y los tres reales que valia el litro de leche, cogí unos zuecos y me metí en el corral, mientras que Genaro estaba agachado ordeñando una cabra, le pregunté: ¿¿Usted vá todos los dias a pastar las cabras por el monte de la Mochila??, me miró serio con el ceño fruncido y asintiendo con la cabeza, a la vez que estaba esperando la siguiente pregunta, le volví a preguntar ¿¿puedo ir esta tarde a acompañarle?? me volvió a mirar y me dijo: ¡¡si!! pero se lo dices a tu madre si te deja y te traes la merienda.
Salí del corral con una sensación muy extraña, por una parte la alegria de pasar la tarde con Genaro y las cabras y por otra parte la incertidumbre de lo que me podria ocurrir en el lugar prohibido.
Se lo dije a mi Madre y no me puso buena cara, perooooo me dijo:
¡¡Vale, pero le dices a Genaro que no te acerques a la Piedra Maria!!
¡¡Si Mamá, ponme una molleta con carne de membrillo para merendar!!.
No le dije nada a ninguno de los niños y niñas, queria ir solo para enterarme bien de lo que alli ocurria, aunque Yo Mismo era un "cagueta" pero al lado de Genaro me envalentonaba, empezaron a salir las cabras a trompicones por la puerta del corral, tambien venian los perros Sed y León que eran los que cuidaban a las cabras, empezaron a andar por todos los escarpados de los alrededores, Genaro con su sombrero de paja y su chaqueta negra iba silbandoles y nombrandolas por sus nombres, cada una tenia su nombre propio que se le ponia al poco de nacer, según su comportamiento o color, como la Marrona, la Pintá, la Rapida, la Blanquita, la Flaca, etc. Genaro llevaba un palo largo y grueso a modo de bastón y un bolso de cuero con su merienda, empezamos a subir por el monte de la Mochila, mientras que las cabras iban comiendo los brotes de las yerbas y las cabritas pequeñas saltando y brincando alrededor de sus madres-cabras.
Genaro con las cabras por el monte. |
Cada vez nos ibamos acercando más al lugar más tenebroso, el sol ya se iba ocultando y empezaba a oscurecer pero veia que Genaro no hacia ningún gesto, ni tenia miedo, ni ná, Yo Mismo me puse detrás de él, cuando se acercó a un rellano donde habia una piedra alargada de color blanca y se sentó en la piedra, me quedé paralizado, temblando y pálido, se volvió y me dijo ¡¡Ven, sientate aqui a mi lado!! me senté despacito por si ocurria alguna cosa, pero él con toda naturalidad sacó un trozo de pan y un queso, me ofreció un trozo, no tenia ganas ni de comerme la molleta con carne de membrillo que me puso mi madre, entonces respiré hondo y le pregunté:
¿¿Genaro esta es la Piedra Maria??
¡¡Si!! esta es la Piedra Maria, todos los dias vengo aqui, me siento, meriendo y veo toda la bahia y la Ciudad.
En este mismo lugar estuvo esa piedra blanca que la conociamos como La Piedra Maria. |
La verdad es que tiene una vista preciosa se ve toda la playa, la Almadrabeta, todos los barquillos que están pescando en toda la bahia y los montes de Marruecos como el Negrón, El Rincón, Cabo Negro y toda la costa.
Me fuí tranquilizando y le volví a preguntar:
¿¿Porqué le dicen la Piedra Maria??
Genaro que era una persona "bonachona", me queria mucho y siempre me habia tratado muy bien, después de terminar el trozo de queso que tenia en la mano, empezó diciendome:
¡¡Mira Joaquinito!! antes de que se construyeran todos los pisos, ya viviamos en la casa que estamos y empezamos en un pequeño corral con diez cabras para vender leche a algunos vecinos, incluso venian gentes del Morro a comprar leche, entre estos vecinos habia una mujer que vivia por las Carmelitas, su nombre era Maria era natural de Almeria, estaba casada con un hombre que se dedicaba a la pesca, pero un dia en una tarde de fuerte levante el barquillo donde iban cuatro pescadores naufragó frente a las costas de Marruecos, ahogandose todos los ocupantes, aparecieron tres de los marineros pero el marido de Maria no apareció y se le dió por fallecido, Maria no podia creerse lo que habia ocurrido, se quedó totalmente sola porque no tenia hijos ni familiares que le pudieran ayudar.
Panoramica desde la Piedra Maria. |
Maria en su desesperación nunca dejó de venir a este lugar donde se divisaba toda la bahia, se sentaba en esta piedra blanca que estamos nosotros sentados esperando si su marido aparecia, asi estuvo durante varios años, los vecinos le ayudaban a darle de comer incluso yo cuando venia todas las tardes con las cabras ordeñaba alguna aqui mismo y en un jarrillo de lata que ella traia se lo llenaba de leche fresca, charlaba largos ratos con ella, me decia que cualquier dia vendria su marido a buscarla.
Pero un dia dejó de acudir a su visita diaria a su Piedra, todos los vecinos del Morro preocupados por que no la veian, la buscaron por todos lados y vinieron a este lugar a ver si estaba, mientras que pastaban las cabras al cuidado de León y Sed, me puse a buscarla pues yo tambien la echaba de menos, pero de Maria nunca más se supo nada.
Desde entonces se le conoce a esta roca como LA PIEDRA MARIA, cuando se construyeron los pisos ya existia la leyenda de que Maria estaba enterrada aqui...
...Genaro se quedó mirando al horizonte se quitó su sombrero de paja y en voz baja decia: ¡¡Maria no está aqui, está junto a su marido!!
La Pintá sobre la Piedra Maria. |
Durante algunos años más la leyenda continuó, nunca comenté con nadie aquella experiencia que tuve y que repetí unas pocas de veces con Genaro, los más mayores si se acercaban a estar un rato por aquellos lugares, con las siguientes generaciones y con el tiempo fué desapareciendo el miedo que se le tenia a aquella piedra, durante muchos años fué el lugar de encuentro y reunión de grupos de jovenes del barrio. En el año 2010 hubo unas lluvias torrenciales que provocó un corrimiento de tierras que hizo desaparecer la Piedra Maria.
Aunque ha pasado mucho tiempo, todavía permanece vivo los recuerdos de la PIEDRA MARIA.