Yo Mismo

miércoles, 20 de febrero de 2013

¡¡Hola, kistamos!!

El saludo denota cortesía y buenos modales; cuando no hay saludo, o existe enemistad hacia las personas o falta de educación.
El apretón de manos, el beso, un abrazo o unas simples palabras como “Buenos días”, puede ser el comienzo de una relación o una conversación.
¡Y qué trabajito nos cuesta echar un saludo! (adiooos don Pepito, adioooos don Joseeee.)
¡Ayyyyyyy, es que no me he dado cuenta ! ¡¡Es que iba distraid@ ¡!
Vamos a ver, si vienes hacia mi desde 200 metros, con los cascos de música puesto, estoy viendo que te acercas de frente, tú me tienes que ver igual, al menos cuando queden diez metros para llegar a mi altura, voy observando que no levanta la cabeza ni siquiera para verle la cara a la persona con quien te cruzas, ¡Qué trabajito cuesta levantar la mirada!, ¡¡Peroooo si no cuesta dinero, si es económico, no es difícil, es muy sencillo, no tienes que contarle la vida a nadie, sólo un ¡HOLA!.
¡¡Nooooo, es que la gente modeeeerna, son muy despistadas!! ¡¡vamos, vamos, déjense de tonterías y cuentos!! O sea….. cuando entran en un “PUB” de 500 m2. con 800 personas a las 3 de la madrugada, con cuatro copas y apenas sin luz lo ven todo… ¡Miraaaa alliiiii esta Marta y Javi y en la otra esquina Eugenia y Lolo! Y a mí, a 5 metros y a las 12 de la mañana… ¡¡No me ve!! ¿Qué tiene que ver lo moderno o antiguo con las buenas maneras y la educación?
Cuando estamos en el supermercado, el metro, el ascensor, el Ambulatorio, el autobús, el aeropuerto, cuando te cruzas con el vecino, el compañero de trabajo, por qué no podemos utilizar esas palabras o frases tan sencillas, como “Buenos días”, “Adiós”, “Hasta la vista”, “Hola”, “cómo estás”, “Hasta luego”, “Perdón Sra.” “Buenas tardes” “Disculpe Señor”, “Buenas Noches”, “Gracias”, “de nada”,”Con Permiso Señorita”, “Hola qué tal”, o el saludo más moderno "kistamos".
Una simple sonrisa, puede ser el inicio de una buena amistad.
Mis padres, muy humildes, apenas sin estudios, pero con unos valores que hoy en día echamos de menos, como el comportamiento, el respeto y la educación con respecto al prójimo, siempre me decían que había que saludar a todas las personas mayores aunque no los conociera y respetar cualquier comentario, aunque no nos gustara.
Como anécdota: siempre me explicaban que no fuera un niño impulsivo a la hora de coger cualquier ofrecimiento de cualquier persona mayor, que de principio y por educación dijera siempre que “no”, aunque si la persona insistía, había que respetarla y aceptar el ofrecimiento. Aquello se me quedó tan grabado, que cuando mi vecina Mercedes me quería dar algo que me gustaba, rápidamente le decía ¡¡Noooo!!, cuando por segunda vez me decía, ¡¡anda cógelo!! Mi contestación era: bueno, mi madre me ha dicho que la primera vez que diga ¡¡no!!, pero que a la segunda que diga ¡¡si!!………
……¡¡Fui el hazmerreír de las dos durante un tiempo!!
Volviendo al tema principal, la culpa de que nadie sonría o salude, rápidamente lo achacan al estrés, la vida moderna, la rapidez con que pasan los días, el trabajo, los estudios, aunque no hay relación entre estos hechos y los músculos de la cara para echar una sonrisita.

Hace algún tiempo mi amigo Francisco trabajaba en una empresa de productos congelados, por lo tanto tenian que entrar constantemente en las cámaras frigorificas para sacar o meter los productos congelados.
Un dia a ultima  hora de la jornada entró en una de dichas cámaras para preparar algunas mercancias, pero sin saber como se atascó la puerta y no se podia abrir por dentro, empezó a dar golpes para que le escuchara alguien y que le abriera por fuera, pero todo el personal se habian marchado y no quedó nadie en el almacén, en el exterior del recinto habia un control con un guardia de seguridad llamado Miguel cuya mision  era identificar a las personas que entraban y salian, asi como a los vehiculos del personal y camiones que entraban y salian.
Al cabo de una hora cuando ya se habia marchado todo el personal, le llegó el relevo al guardia de seguridad, pero Miguel   no sabia porque pero tuvo una sensacion extraña, le dijo a su compañero ¡¡antes de irme voy a dar una vuelta por los almacenes!!, después de comprobar por muchos rincones llegó al frigorifico donde estaba mi amigo Francisco, al abrir la puerta Miguel se lo encontró tendido en el suelo inconsciente, inmediatamente llamó a su compañero para que avisara a una ambulancia, mientras tanto Miguel empezó a darle masajes y a abrazarlo para darle calor, cuando Francisco fué recobrando el conocimiento sonrió  agradeciendo al guardia de seguridad de haberle salvado de una muerte segura.
Pasado unos dias y ya restablecido Francisco fué a visitar al guardia de seguridad que estaba en su cabina de control y le preguntó:
¿¿Como te dió por ir a ese frigorifico, si no es de tu competencia?? y Miguel le contestó: Llevo quince años trabajando en esta empresa y diariamente pasan por aqui cientos de personas, que piensan que soy un muñeco  que estoy en la cabina y tan solo hay una persona que me saluda todos los dias cuando llega, con un ¡¡buenos dias!! o un ¿¿Hola que tal?? y de la misma manera cuando se marcha, se despide con un ¡¡Hasta mañana!!  o ¡¡Que tengas un buen servicio!!, esa persona eres tú Francisco y ese dia notaba que me faltaba algo y era el saludo de despedida tuyo.

Una sonrisa y un saludo, no se le debe negar a nadie, al menos a mi me pasa, la satisfacción que me da saludar a alguien aunque no lo conozca,¡¡ qué pena de los adolescentes de hoy en día que no tengan a nadie que le enseñe estos valores!!
Resulta una pena que tengamos que llegar a viejos, para darnos cuenta de que no recordamos nuestro coche, nuestro trabajo, nuestro sueldo, nuestro barrio, nuestra vida………..Sino los BESOS, los ABRAZOS, las SONRISAS, de aquellos a quienes quisimos y que nos quisieron.

YO MISMO, os deseo salud para que podáis SONREIR MÁS