Pedro el Pescador

Paseando por el puerto pesquero, hacia unas fotos a los barcos de pesca que estaban tanto en el agua como en tierra reparando, eran las once de la mañana, la lonja estaba vacia y tranquila, un operario baldeando con agua limpiaba todo el local,
En los cuartillos donde se guarda los materiales de pesca, se encontraban preparando las artes de pesca todos los pescadores, unos arreglaban los palangres, otros las redes, algunos preparaban la carná para el dia siguiente, en uno de los cuartillos veo a un viejo conocido, nos saludamos y quise hacerle unas fotos y me dijo: ¡no!, ¡fotos no, que me da mucha vergüenza! Me guardé la “maquinaretratadora” y le pregunté: ¿ me puedo sentar a ver lo que haces y a charlar? ¡claro! Coge ese banquito y sientate a mi lado.

Un hombre curtido por el sol y el mar sentado en un pequeño banco, agachado sobre una red de pesca amontonada entre sus rodillas, pasando entre sus manos arrugadas de tantas cicatrices centimetro a centimetro, comprobando si habia algun orificio roto, en el bolsillo de la camisa asomaba una aguja de redes engarzada a un hilo.
Levantaba la mirada y me decia: ¿ves? ¡ por aquí esta roto! ¡ahora con la aguja lo paso asi, le hago un nudo! ¡ ya está cosido!, y de esta forma Pedro continuaba cosiendo las roturas de la red tranquilamente durante horas.


Fui al bar de la lonja y traje dos cervezas fresquitas y entre buches y roturas de la red, le pregunté:
¿Qué edad tienes, Pedro? ¡setenta y dos! me contestó.
Y ¿Qué haces trabajando con esta edad?
¡Realmente estoy jubilado!, pero como me ha quedado poquita pensión, hago estos chapuces y gano algo mas, por lo menos para el tabaco, por eso no quiero que me hiciera fotos! Ademas el dia que deje esto me muero.
¿Pero sales a pescar?
¡noooo! ¡algunas veces en la paterilla a echar un rato! ¡nada mas!
¿Cuántos años llevas en la pesca?
¡toda la vida! Mi padre era de Almeria, se vino aquí porque habia buena pesquera en los caladeros de Marruecos, tambien se ganaba mas dinero, se trajo a mi madre y se establecieron aquí en Ceuta, en una barraca del barrio San Antonio ¡donde nací yo!, con siete u ocho añitos ya estaba metido en la Almadraba entre pateras y ayudando en lo que podia a los pescadores, el pescado que me regalaban lo vendia a las gentes y siempre sacaba algun dinerillo.
¿y no ibas al colegio?
¡en aquellos tiempos era mas importante las monedillas que pudiera llevar a la casa que estudiar!
¿entonces como aprendiste a leer y escribir?
Pues con treinta o cuarenta años cuando no habia pesquera mis hijas me obligaron a apuntarme a un colegio de adultos, si no hubiera sido por ellos ahora mismo no seria nada.
¿Cuántos hijos tienes, Pedro?
Dos hembras y un varon, tengo cinco nietos y un biznieto.
¿No les gusta la mar? ¡¡noooooo!!
En mi familia el ultimo en trabajar en la mar seré yo, mis hijos estan bien situados y cuidan de mi parienta y de mi como si fueran sus propios hijos, mis yernos siempre me estan diciendo que deje esto, pero mis hijas me defienden y les dice a sus maridos ¡ dejar a mi padre tranquilo que esa es su vida!


Yo Mismo conoci a Pedro cuando era un chiquillo y el era un hombre, tenia novia y se querian casar, vivian en el barrio San Antonio, en una barraca donde vivian los tres hermanos y las dos hermanas pequeñas con sus padres, iba a menudo a mi casa para hablar con Luis el “Guardajurao”, necesitaba que le hiciera una “Instancia”, porque Pedro queria solicitar una casa en una barriada que se estaba construyendo en Terrones (Zurron).
Despues de esperar unos pocos de meses, recuerdo que le concedieron una vivienda y fueron a mi casa, Pedro y Maria (su novia), llorando de alegria y se abrazaron a Luis, aquella imagen se quedó grabada en mi retina.
Desde entonces siempre se veia para tomar copas con el “guardiajurao”.


Yo Mismo no le he perdido la pista a Pedro, pero el ya no se acuerda de mi, conozco a sus hijas y yernos.

Cuando llevaba un rato con una charla animada, le pregunte:
¿Pedro, usted se acuerda de mi?
Hizo una pausa en su tarea y se quedó fijo mirandome…. ¡tú cara me es familiar! ¡peroooo no caigo ahora mismo! ¡a veces me falla la memoria se quedó observando como preguntando yyyyy ¿Quién eres?

No quise hacerle esperar más la incognita…….
¡¡Soy el hijo de Luis el “guardiajurao”!!
Pedro, se quedó estatico mirandome fijamente a los ojos, no sé cuanto tiempo.
Me estaba mirando, pero creo que no me veia a mi, ¡estaba viendo a Luis el “Guardajurao”!
Tiró todas las artes que tenia en sus manos se puso de pie delante mia y me dijo:
¡levantate! y ¡dame un fuerte abrazo!
Asi lo hice me puse de pie, me abrazo con sus manos callosas y con lagrimas en los ojos me apretó fuerte, fuerte, muy fuerte……..
¡Yo queria mucho a tu Padre! ¡nos ayudó mucho, a mis padres y a todos mis hermanos!
Pedro se sentó, parecia que nos habian tirado un cubo de agua por encima, entre algunas lagrimillas en los ojos, el calor y la emoción, estabamos empapados de sudor.


Sentados y repuestos de la emoción, agachó la cabeza, y empezó a hablar como si estuviera solo…..
¡Nunca se me olvidará!......... Como se peleó un dia Luis con mi padre, porque ninguno de los cinco hermanos ibamos al colegio, los dos mayores, con catorce y quince años teniamos que trabajar, pero los tres hermanos mas pequeños tenian que ir a la escuela, mi padre decia que …¡tienen que trabajar! y Luis le chillaba como un loco ¡¡mañana vengo a por los tres!! Limpios y arregladitos, como digas que ¡no! ¡te meto en el calabozo!
Efectivamente llegó el “guardajurao” y se los llevó a un colegio que habia en el morro, que el maestro era manco,
¡si don Antonio Rico! ¡Era mi padrino, le dije a Pedro!
Pues gracias a los dos, a Don Antonio y a tu Padre, porque se preocupó de hablar con el maestro.
Luis tenia cierta debilidad por mis padres y por nosotros, se preocupaba por cualquier cosa que ocurriera en mi casa, gracias a la bronca que le dio a mi Padre, mis hermanos pequeños, se pudieron defender mejor en la vida.

Pasó el tiempo sin darnos cuenta, un coche se paró cerca de donde estabamos.
¡Es mi yerno Manolo! Viene a recogerme
¡Si Pedro, ya lo conozco!
¡¡Manolo!! Gritó Pedro,¿Cuántas veces me has escuchado hablar en casa de Luis el “Guardajurao”?
¡uuufffff!
¡Pues, este es su hijo!
Manolo se acercó a mi y me dió la mano saludandome y nos preguntamos mutuamente por la salud y por la familia.
¡nos conocemos de hace bastante tiempo, pero no sabia que eres el hijo de Luis! Me decia Manolo ¡la cantidad de veces que se ha hablado de tu Padre en casa! ¡mis suegros lo querian mucho!

Llegó el momento de despedirnos y quedamos cualquier dia en el mismo sitio, alejandose hacia el coche me decia…. ¡te tengo que contar lo que nos ocurrio, cuando se averió el motor del barco! ¡Y el naufragio del Lobo Grande! yyyyy ¡mas cosas!......... Jajajajaja, Manolo tiraba de él para meterlo en el coche. Nos estuvimos saludando hasta que dejamos de vernos.

La felicidad y la emoción de Pedro me la transmitió. Yo Mismo pasé una mañana maravillosa junto aquel Pescador, seguro que mas pronto que tarde ire otro dia a sentarme junto a él, para que me cuente sus historias,.
¡¡Si, si, por supuesto que os lo contaré!!

Saludos de Yo Mismo